Cuando decidimos “jubilar” nuestro coche para siempre, bien sea por su estado de antigüedad, estar inutilizable y/o siniestrado u otras razones,… son muchas las cuestiones que nos surgen. Lo primero es conocer los pasos y trámites que debemos seguir para su baja definitiva. También debemos informarnos sobre, si esto conllevará gastos o si recibiremos alguna contraprestación y por último debemos saber qué ocurre con nuestro coche cuando lo llevamos al desguace.
En este artículo te explicamos el ciclo de un vehículo que va a ser dado de baja definitivamente.
Consideraciones previas
Antes de comenzar con los trámites para sacar definitivamente de la circulación nuestro coche, debemos saber que la gestión se tendrá que realizar obligatoriamente en un desguace autorizado. Los CAT (Centro Autorizado de Tratamiento), tal y como indica la Dirección General de Tráfico, son los centros dónde debemos llevar nuestro vehículo para entregarlo y cumplir con los trámites necesario.
En cuanto al estado del vehículo, por lo general debe de ir completo (salvo que sea imposible al tratarse de un coche siniestrado). La Red Operativa de Desguaces Españoles (RO-DES), indica en su página los elementos que podrían ser conservados (navegador, radio…). Sin embargo, existen una serie de piezas imprescindibles para poder entregar el vehículo, ya sea porque imposibilitarían su traslado, porque la normativa legal lo exige o por políticas internas del desguace autorizado que se hará cargo del vehículo. Entre estos elementos imprescindibles para la entrega del vehículo destacan: las ruedas, las placas de matrícula, el motor, piezas relacionadas con líquidos del vehículo,…
Otro punto a considerar es que la existencia de un precinto representa un impedimento a la hora de tramitar la baja, siendo preciso cancelarlo previamente.
Pasos y trámites (turismos y furgonetas hasta 3.500 kg)
A continuación resumimos los trámites a realizar para la baja definitiva del vehículo. Puedes consultar la información completa en la Web de la Dirección General de Tráfico.
1. Entregar físicamente el vehículo en un Centro Autorizado de Tratamiento (ya sea por nuestros propios medios o a través de la grúa del desguace).
2. Firmar la solicitud de baja proporcionada por el CAT.
3. Presentar la documentación del titular, que variará en función de si se trata de personas físicas o jurídicas.
4. Presentar la documentación del vehículo: permiso de circulación y tarjeta de la ITV o, en su caso, declaración de extravío o denuncia de del robo de dichos documentos.
5. Cuando el coche ya se encuentre en el CAT, cumplimentados y comprobados los pasos anteriores, el CAT se encargará de tramitar electrónicamente la baja en el Registro de Vehículos de la DGT y de la destrucción del vehículo.
6. En este punto el CAT entregará al titular del vehículo el Certificado de destrucción del vehículo y Justificante de la baja definitiva de la DGT.
Beneficios
La baja definitiva de un vehículo inutilizable supondrá un ahorro y evitará el deterioro progresivo de las piezas que estén en buen estado y sean susceptibles de reutilización una vez seleccionadas por el desguace, especialmente en casos en los que ya no se comercializan nuevas. Al mismo tiempo evitaremos las sanciones administrativas que puede acarrear el abandono de un vehículo. Además, cesará la obligación de pagar el Impuesto de Circulación.
Por otra parte, según el estado del vehículo, características, valor y antigüedad, el desguace puede ofrecernos una compensación económica.
¿Qué ocurre con nuestro vehículo una vez en el desguace?
Cuando nos deshacemos de un vehículo, éste puede contar con piezas susceptibles de ser reutilizadas por su buen estado, pero también puede ser un contenedor de agentes contaminantes que necesitan ser identificados y tratados, por eso es importante seguir las normas y procedimientos adecuados.
Así, un flujo típico de desguace de vehículo sería:
1. Retirada de los componentes y sustancias contaminantes del agua, aire y suelo, como por ejemplo, fluidos, aceites, etc. para su posterior tratamiento por empresas de gestión de residuos.
2. Extracción de otros elementos: elementos de seguridad como cinturones y airbags, bornes de batería…
3. Comprobación del estado de los componentes de carrocería, parabrisas y partes electrónicas identificando aquellas piezas que por su buen estado cumpla con las condiciones para ser reutilizado y vendido.
4. Verificación del estado de los neumáticos para determinar si podrían ser reutilizables. En otro caso, se extraen de las llantas y se depositan en los lugares correspondientes para su posterior tratamiento.
5. Las llantas sobre las que van dispuestas las ruedas, junto con otros metales del coche (aluminio, hierro…) serán clasificados y separados para que puedan ser gestionados y reciclados en procesos de fundición.
6. Finalmente, extraídos tanto los elementos válidos, así como clasificados los que deberán ser tratados por empresas especializadas, quedará la chatarra. Ésta será reducida a un bloque metálico mediante máquinas compactadoras, de manera que podrá ser transportada y manejada para ser fundidos, dando lugar a nuevas materias primas que, entre otros usos, podrían ser utilizadas para fabricar nuevos vehículos, comenzando de nuevo el ciclo.
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