Recientemente se ha publicado en el BOE la reforma urgente del Sistema de Formación Profesional para el Empleo en el ámbito laboral, recogida en el Real Decreto Ley 4/2015.
El Área de Formación de Conepa ha realizado un informe para sus asociaciones, del que ha publicado un resumen en su web. Además, la confederación ha manifestado su parecer ante esta reforma que en la que considera que "pagan justos por pecadores" en el acceso a las subvenciones.
Y es que Conepa aduce que "las irregularidades que se han cometido en los últimos años por algunos agentes sociales (patronales, sindicatos e incluso la propia Administración) y que han llevado a los mismos en ocasiones a los tribunales, dando lugar a su vez a una fuerte campaña mediática de denuncia, han pesado demasiado en los cambios normativos".
La patronal cree que "se ha perdido la ocasión de acometer la necesaria reforma de la formación profesional para el empleo pues se ha priorizado la lucha contra el fraude frente otras consideraciones más centradas en el objetivo final: conseguir en España un sistema de formación profesional continua moderno y eficiente".
Con la reforma recién aprobada, la patronal denuncia que las organizaciones empresariales dejan de participar de "manera directa en la gestión de los fondos y en la impartición de cursos subvencionados, quedando muy relegado su papel al plano teórico de la gobernanza del sistema, la planificación estratégica plurianual y el diseño de la formación, salvo que se constituyan como centros formativos, lo que, para la mayoría de las entidades, resulta inviable".
En este sentido, la confederación considera que "son los representantes de empresarios y trabajadores quienes mejor conocen las necesidades formativas de sus representados y quienes están en las mejores condiciones de liderar e impartir, de manera directa cuando es posible o a través de centros de formación cuando no lo es, una formación adaptada" a las particularidades de cada subsector de actividad.
De otra manera, denuncia Conepa, "se corre el riesgo de que ciertos colectivos profesionales queden fuera del sistema formativo puesto que las entidades/centros de formación que aspiren a conseguir subvenciones pueden no incluir ciertos programas específicos en su catálogo formativo por criterios de rentabilidad económica".
El tamaño medio de las empresas del sector (menos de 3 empleados por empresa), la dispersión de los talleres, la complejidad técnica de las operaciones que atienden o la existencia de diferentes especialidades, son algunos aspectos que la patronal aduce para afirmar que habrá zonas del territorio nacional "donde prácticamente los talleres se quedarán sin posibilidades de formarse por falta de oferta".
Otro aspecto negativo de la reforma legislativa para Conepa es que las entidades y/o centros de formación tengan que realizar por adelantado el desembolso económico de la formación, ya que "sólo tras un largo período de tiempo y una vez justificado en su totalidad el plan formativo (lo que a veces ocurre un año después de la impartición del curso) se recibirá el importe total de la subvención".
Además, el hecho de que los talleres (financiadores de este sistema) deban organizar y/o impartir la formación con sus propios medios o mediante contratación directa si no dispone de ellos, "puede suponer una enorme complicación burocrática para las pymes y micropymes del sector".
Conepa también aduce que la oferta de ciertos contenidos formativos suponen una inversión que las asociaciones y las empresas "no pueden o no están interesadas en asumir" para cumplir los requisitos de registro/acreditación como centro o entidad de formación. Esto traerá como consecuencia, a juicio de la patronal, que las pymes, y sobre todo las micropymes (que componen la práctica totalidad del sector de la reparación) "van a tener muchas dificultades para poder asumir inversiones en formación, fundamentales para un sector en cambio constante, con lo que pueden verse abocadas al cierre".
En la parte positiva de la reforma, la patronal "valora la apertura al derecho individual a la formación de los trabajadores autónomos y la asignación de una cuenta personal de formación individual a todos los trabajadores, que reflejaría las acciones formativas realizadas a lo largo de la vida laboral".
Para terminar su análisis, Conepa concluye que la reforma de la formación profesional continua "no va a beneficiar al sector y claramente quita protagonismo a las organizaciones empresariales". Sin embargo, la patronal afirma que "Conepa y las asociaciones integradas en ella seguirán trabajando para mejorar la preparación de los profesionales del sector". En los últimos años, la caída de la formación de Conepa hay sido menor que la de las subvenciones. De hecho, mientras las cantidades recibidas para formación a través de la Fundación Tripartita se redujeron entre 2010 y 2014 más del 80%, las acciones formativas de 10 de las 16 asociaciones de Conepa cayeron el 27,8% entre 2011 y el año pasado.
Y es que Conepa aduce que "las irregularidades que se han cometido en los últimos años por algunos agentes sociales (patronales, sindicatos e incluso la propia Administración) y que han llevado a los mismos en ocasiones a los tribunales, dando lugar a su vez a una fuerte campaña mediática de denuncia, han pesado demasiado en los cambios normativos".
La patronal cree que "se ha perdido la ocasión de acometer la necesaria reforma de la formación profesional para el empleo pues se ha priorizado la lucha contra el fraude frente otras consideraciones más centradas en el objetivo final: conseguir en España un sistema de formación profesional continua moderno y eficiente".
Con la reforma recién aprobada, la patronal denuncia que las organizaciones empresariales dejan de participar de "manera directa en la gestión de los fondos y en la impartición de cursos subvencionados, quedando muy relegado su papel al plano teórico de la gobernanza del sistema, la planificación estratégica plurianual y el diseño de la formación, salvo que se constituyan como centros formativos, lo que, para la mayoría de las entidades, resulta inviable".
En este sentido, la confederación considera que "son los representantes de empresarios y trabajadores quienes mejor conocen las necesidades formativas de sus representados y quienes están en las mejores condiciones de liderar e impartir, de manera directa cuando es posible o a través de centros de formación cuando no lo es, una formación adaptada" a las particularidades de cada subsector de actividad.
De otra manera, denuncia Conepa, "se corre el riesgo de que ciertos colectivos profesionales queden fuera del sistema formativo puesto que las entidades/centros de formación que aspiren a conseguir subvenciones pueden no incluir ciertos programas específicos en su catálogo formativo por criterios de rentabilidad económica".
El tamaño medio de las empresas del sector (menos de 3 empleados por empresa), la dispersión de los talleres, la complejidad técnica de las operaciones que atienden o la existencia de diferentes especialidades, son algunos aspectos que la patronal aduce para afirmar que habrá zonas del territorio nacional "donde prácticamente los talleres se quedarán sin posibilidades de formarse por falta de oferta".
Otro aspecto negativo de la reforma legislativa para Conepa es que las entidades y/o centros de formación tengan que realizar por adelantado el desembolso económico de la formación, ya que "sólo tras un largo período de tiempo y una vez justificado en su totalidad el plan formativo (lo que a veces ocurre un año después de la impartición del curso) se recibirá el importe total de la subvención".
Además, el hecho de que los talleres (financiadores de este sistema) deban organizar y/o impartir la formación con sus propios medios o mediante contratación directa si no dispone de ellos, "puede suponer una enorme complicación burocrática para las pymes y micropymes del sector".
Conepa también aduce que la oferta de ciertos contenidos formativos suponen una inversión que las asociaciones y las empresas "no pueden o no están interesadas en asumir" para cumplir los requisitos de registro/acreditación como centro o entidad de formación. Esto traerá como consecuencia, a juicio de la patronal, que las pymes, y sobre todo las micropymes (que componen la práctica totalidad del sector de la reparación) "van a tener muchas dificultades para poder asumir inversiones en formación, fundamentales para un sector en cambio constante, con lo que pueden verse abocadas al cierre".
En la parte positiva de la reforma, la patronal "valora la apertura al derecho individual a la formación de los trabajadores autónomos y la asignación de una cuenta personal de formación individual a todos los trabajadores, que reflejaría las acciones formativas realizadas a lo largo de la vida laboral".
Para terminar su análisis, Conepa concluye que la reforma de la formación profesional continua "no va a beneficiar al sector y claramente quita protagonismo a las organizaciones empresariales". Sin embargo, la patronal afirma que "Conepa y las asociaciones integradas en ella seguirán trabajando para mejorar la preparación de los profesionales del sector". En los últimos años, la caída de la formación de Conepa hay sido menor que la de las subvenciones. De hecho, mientras las cantidades recibidas para formación a través de la Fundación Tripartita se redujeron entre 2010 y 2014 más del 80%, las acciones formativas de 10 de las 16 asociaciones de Conepa cayeron el 27,8% entre 2011 y el año pasado.
Fuente: Conepa
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