Qué mejor momento para hablar de Fórmula 1 que aprovechando el parón veraniego. Se antojaba una temporada loca debido a los grandes cambios en el reglamento, los criticados motores V6 y los problemáticos componentes eléctricos, que trajeron más desesperaciones que alegrías durante los test de pretemporada. En ese momento Mercedes ya se perfilaba como el rival a batir, pero la autoridad con la que ha dominado hasta ahora el campeonato es casi una humillación para el resto de escuderías.
El dolor es especialmente amargo en la escudería de los bólidos rojos y sede en Maranello. Ferrari, la escudería más laureada de la historia de la F1, prometía para este año salir de la sombra de Red Bull y no sólo no lo ha logrado sino que, además, una silueta más larga los ha envuelto a ambos. Mercedes, la estrella de plata, ha convertido a Hamilton y Rosberg en los únicos pilotos capacitados para ganar el título. La lucha entre ellos no deja de ser emocionante, nadie duda del talento del británico, pero la astucia de Rosberg para aprovechar los fallos de su compañero le coloca de momento con una ligera ventaja sobre este.
Cuando las flechas plateadas fallan, los toros rojos hacen ver que todavía pueden dar guerra. Y no es Sebastian Vettel, el tetracampeón del mundo, quien busca recuperar su trono. Es el hombre de la sonrisa sempiterna, Daniel Ricciardo, que continuamente supera a su compañero de equipo. Personalmente creo que el cambio de reglamentación en este caso favorece al piloto que llega de una escudería más modesta, sin quitar el mérito, que por supuesto tiene, la superioridad de Ricciardo se debe a que el coche que tenía el año pasado era peor que el que tiene este, mientras que en el caso de Vettel ha sido al revés. Si la situación no se ha nivelado el año que viene, tendré que tragarme mis palabras.
Peleando por la tercera posición del mundial de constructores se encuentran dos equipos históricos que vienen de situaciones distintas. Mientras que Williams ha hecho un gran trabajo para colocar regularmente sus coches en posiciones de cabeza, Ferrari ha perdido nuevamente el tren de los líderes. Tras el nefasto comienzo de temporada de La Scuderia, se produjo la marcha del hasta entonces director del equipo Stefano Domenicali.
El encargado de devolver la fe a los tifosi fue Marco Mattiacci, un hombre sin experiencia en la F1, pero con una gran experiencia empresarial. De la mano de Marco y con la estrecha colaboración de los dos pilotos de Ferrari, Fernando Alonso y Kimi Raikkonen, ha comenzado una remodelación del equipo y una nueva promesa que esperemos, sea la definitiva. Un coche ganador para 2015.
A continuación en la clasificación aparecen dos equipos que mantienen una igualada lucha. Force India que año a año demuestra que puede seguir mejorando y siendo una escudería competitiva y otra escudería histórica que también anda de capa caída. La situación de McLaren es en este momento bastante peor que la de Ferrari, su eterno rival.
Al igual que en Ferrari, los británicos también prometen regresar a la cima el año que viene. Sus esperanzas se apoyan en Honda, su motorista para el año próximo que regresa a la categoría reina con el objetivo de que en McLaren no se arrepientan de haber dejado de confiar en los motores Mercedes.
En el séptimo puesto de la clasificación se encuentra la escudería Toro Rosso manteniendo en su posición la avanzadilla de los jóvenes pilotos de Red Bull.
La octava posición es para Lotus, que sólo ha logrado ocho puntos hasta el momento y todos ellos conseguidos por Romain Grosjean en sólo dos carreras, dado que el equipo no ha logrado finalizar entre los diez primeros en ninguna otra ocasión.
Mal año para Lotus que desde el principio tuvo grandes problemas para adaptarse a la unidad de potencia de Renault que ha demostrado no ser una gran aliada. Tras haber hecho un gran trabajo en los dos años anteriores (Dos cuartos puestos en el mundial de constructores), este año toca pasearse por el infierno.
El otro gran campanazo de la temporada (Mercedes aparte) lo ha dado Marussia. La modesta escudería ha vuelto a demostrar un año más que puede batir a su rival directo, Caterham, y que si se le da la oportunidad, también a Sauber.
El talentoso piloto Jules Bianchi, joya de la corona del programa de jóvenes pilotos de Ferrari consiguió dos valiosísimos puntos en el GP de Mónaco, lo que obligaría a las dos escuderías que tiene por detrás en la clasificación a finalizar alguna carrera con alguno de sus coches en octava posición o mejor. Algo nada sencillo dadas las circunstancias.
La penúltima posición en la clasificación es para el equipo Sauber que está viendo cómo a pesar de los esfuerzos realizados, sus coches no consiguen igualar los resultados de temporadas anteriores.
El farolillo rojo en la clasificación es para Caterham, escudería que sufre muchos problemas internos y económicos que provocan que su rendimiento en pista se vea seriamente perjudicado.
Personalmente me encantaría volver a ver a Ferrari en lo más alto del podio, pero desgraciadamente habrá que esperar como mínimo, hasta el año que viene. La interesantísima lucha entre los pilotos de Mercedes por alcanzar la gloria merece una especial atención mientras mantenemos un ojo en otras categorías donde pilotos como Carlos Sainz jr. buscan ganarse un asiento en la F1. Los aficionados al automovilismo estamos de enhorabuena.
J. Corella
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