Todo el mundo sabe que los móviles están prohibidos en los repostajes de combustible, en las gasolineras y estaciones de servicio de todo el mundo (civilizado, al menos). La idea popular es que usar el smartphone mientras repostamos puede provocar una explosión de combustible en la gasolinera, y las películas de Hollywood nos informan de que una explosión de gasolinera es algo que pocos resisten, salvo Robocop y algún otro.
Sin embargo, la razón no es que se pueda provocar una chispa por el simple hecho de estar hablando por el móvil, o respondiendo whatsapps. Eso no es nada probable, es más, todo lo contrario. Es sumamente improbable que se den las condiciones idóneas para una deflagración (que no es lo mismo que una explosión), que serían: tener combustible, tener oxígeno, y tener una fuente de calor. Las dos primeras se dan, pero con el smartphone, la tercera no se dará nunca.
El móvil y, por extensión el smartphone, distraen. Distraen al volante y distraen en cualquier situación. Cuando atendemos al smartphone no estamos atendiendo a nada más, y eso provoca situaciones ciertamente inesperadas, o incómodas, aparte de que podemos ser negligentes. El smartphone ha de quedarse quietecito en el coche mientras repostamos, porque es mucho mejor para nosotros, que solo tenemos que repostar, y debe ser nuestra única tarea.
Es interesante ver este artículo de Naukas que explica con razones de peso qué puede pasar para que se de una deflagración en un repostaje. Especialmente interesa ver el vídeo que ellos destacan, con la chica repostando que de repente se encuentra con fuego en la manguera. La explicación es la presencia de electricidad estática, de la que todos hemos visto y experimentado los “chispazos” cuando se dan las condiciones adecuadas. Lo reproducimos aquí.
Como vemos, la chica hace todo lo que se necesita hacer para acumular electricidad estática en su cuerpo, y no hace nada de lo que se supone que nos descarga, como por ejemplo tocar alguna parte metálica del coche antes de tocar la manguera o empezar a repostar. Así, cuando por fin salta la chispa, lo hace en el peor momento posible, y salta la llama. Eso sí, también vemos que la cosa no pasa a mayores, al menos en lo que se ve de vídeo.
En el caso de los smartphone, no deberíamos preocuparnos porque las baterías tienen una potencia muy pequeña y no son capaces de generar la energía ni el calor necesario como para que ardan los vapores del combustible. Esto es algo ya muchas veces comprobado, e incluso basta con saber las potencias específicas de los smartphone de última generación para entender que no es posible.
Y, como apuntan en Naukas, los “Cazadores de mitos” se dejaron la piel para “explotar”, y no fueron capaces. Eso no es una prueba de que jamás vaya a suceder algo así, pero es una prueba lo suficientemente convincente como para preocuparnos más por la electricidad estática, que porque el móvil sea capaz de prender una llama. Pero eso sí, no uses el móvil en la gasolinera, porque puedes tener algún despiste desagradable.
Lo único seguro es que el uso del móvil en las gasolineras está prohibido según el Reglamento General de Circulación.
Fuente: circulaseguro.com
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