Cuando pisamos el freno y éste no responde como debería, significa que algo va mal. Cuando lo que sentimos es que pisamos a fondo y está muy blando y la velocidad apenas disminuye entonces seguramente tenemos un problema con la presión del líquido de los frenos. La situación que hemos relatado es muy peligrosa y hay que revisar los frenos enseguida.
¿Qué es el líquido de los frenos?
En la mayoría de los sistemas de frenado está presente el líquido de frenos. El líquido de los frenos se utiliza en el circuito hidráulico, el cual tiene la misión de transformar la fuerza que ejercemos sobre el pedal en presión para que se produzca la frenada.
Algunas características del líquido de frenos son:
- Temperatura de ebullición alta. De esta manera se evita que se evaporice. El vapor influye muy negativamente en el circuito hidráulico.
- Mantener la viscosidad. Esto es fundamental para sistemas como el ABS o el ESP.
- No debe de ser corrosivo, para que no afecte a las piezas con las que está en contacto.
- Debe tener un índice de compresión muy bajo y constante en todo el rango de temperaturas de uso, de forma que la sensación en el pedal de freno sea consistente.
- Debe ser higroscópico, o sea, que puede absorber o expeler humedad del ambiente. Eso significa que la humedad que entra en el circuito es absorbida por el líquido de frenos, y si esta supera un determinado porcentaje (suele ser el 3%), el líquido de frenos no trabajará igual y notaremos un pedal más flojo.
Es aconsejable revisar el líquido de frenos periódicamente, y sustituirlo si es necesario. Ante cualquier síntoma de mala frenada hay que asistir a nuestro taller habitual.
Para que no se frenen los talleres en su expansión y crecimiento lo mejor es que usen en su gestión TallerGP, le ayudará a seguir adelante.
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