Mejora de las matriculaciones, más confianza en el consumidor, algunos euros más en el bolsillo (como por ejemplo el abaratamiento del carburante), el paro por debajo de los 4 millones por vez primera desde 2010, etc. En definitiva, la mejora del contexto económico tiene su impacto en la actividad del taller, tanto como el 1,8% de incremento de las reparaciones previsto para este año, según los datos de Audatex, compañía experta en el desarrollo de soluciones digitales para el sector posventa.
Esta cifra representa una revisión al alza de las previsiones que Audatex manejaba a principios de año, de un 0,1%, un crecimiento cuya valía residía no en la magnitud de la cifra, que no dejaba de ser reducida, sino por ser un punto de inflexión para los talleres españoles tras años de caídas. Ahora, este cambio de tendencia no solo se mantiene, sino que además si el sector sigue comportándose en los próximos meses como lo ha hecho hasta mayo, se llegará antes de lo previsto a la tasa de crecimiento de reparaciones prevista para 2018.
Al mismo tiempo, esta mejora de las reparaciones tendrá su eco también en los ingresos de la posventa, que se prevé crezcan un 5% este año, tal como constatan los datos de Audatex y que confirman que la recuperación es un hecho.
Un poco de juventud, pero ¿suficiente?
Otra de las consecuencias de la
recuperación económica es el aumento de las matriculaciones asistida por
los planes de incentivo a la compra. En concreto, si ya en 2015 se
superó la barrera psicológica del millón de unidades vendidas después de
seis años por debajo, la previsión para 2016 es alcanzar el 1,1 millón
de matriculaciones. Esta inyección de juventud en el parque
automovilístico es otra de las razones que explican la mejora de las
cifras de resultados para la posventa.
No obstante, los talleres deben seguir
haciendo frente a un parque en el que la antigüedad supera a la
juventud, en el que la arruga supera a la “piel tersa”. En concreto, más
de la mitad de los coches en circulación tiene más de diez años, es
decir, que la mitad de la masa crítica de clientes de un taller
corresponde al menos rentable, al que repara solo lo imprescindible y
recorre cuatro veces menos de kilómetros que un coche nuevo o joven.
De hecho, es tal el desequilibrio que, a
pesar de ser mayoría, estos vehículos mileuristas apenas son
responsables de una tercera parte de las reparaciones. En cambio, los
coches de menos de cinco años, que son solo el 17%, pasan por el taller
casi tanto que los más viejos, el 29% de las veces. Y éstos sín son los
más deseados para un reparador, pues están en garantía, están más y
mejor equipados, con seguros a todo riesgo, etc.
Este cambio en la tipología del cliente
del taller, y que afecta tanto a su cuenta de resultados, se constata en
la evolución de las reparaciones de chapa y pintura de los últimos
años. Así, si en 2009 el 6% de las operaciones que hacían los
repararadores era en carrocerías con más de diez años de antigüedad, esa
cifra se triplicó en 2015 hasta el 20%.
Por el contrario, las operaciones en
coches más jóvenes pasaron en ese tiempo de representar dos de cada tres
a la mitad en la actualidad. De este modo, si bien la recuperación
llega a la posventa, hay nubarrones en el horizonte que pueden poner en
riesgo la rentabilidad de muchos talleres.
Según el responsable del Mercado Posventa
de Audatex, José Luis Gata, “las perspectivas para 2016 son muy buenas
pero siempre “cogidas con pinzas”. Estamos a la espera de que haya un
nuevo gobierno y veremos cómo evoluciona la economía. Ya el año pasado
hubo un atisbo de acabar el ejercicio con las reparaciones en positivo
pero finalmente fue un espejismo y se cerró con una caída del 1%. La
experiencia nos hace ser prudentes, aunque muy mal se tienen que dar las
cosas para que este año no se cumpla el tan ansiado cambio de
tendencia”.
Fuente: Audatex.
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